Soledad acompañada.
Muchos hablan pero pocos entienden. Son pocos los que al pasar las horas sienten la angustia avanzar. Esa angustia de quedarte solo, de estar entre cuatro paredes. Las paredes no me asustan, me traen calma. Me angustia el silencio en exceso. Necesito hablar, mis pensamientos son muy altos y no puedo quedarme callada. Llevo toda la vida hablando, pero pocas veces digo algo. Me gusta que me escuchen, y también me gusta escuchar. Escucharte, y escucharme. ¡Silencio! Necesito a quien contarle lo que hice durante el día, y como me fue en mis clases. Alguien junto a mi, aunque esté en la distancia. Tal vez ese alguien soy yo y no lo he visto. O seas tú, y lo estoy ignorando. O tal vez somos ambos. No estoy sola, aunque lo estoy. La soledad me acompaña. Es mi mejor aliada. Mi amiga fiel desde el abrir de ojos, hasta el cerrar de los mismos. Es ella quien me ve sobrevivir, porque ya no estoy viviendo. Sobrevivo día a día porque tengo que hacerlo. Pero deseo vivir, deseo ...