Entradas

Mostrando entradas de enero, 2015

Humanidad.

Mientras más vivo, más me avergüenzo de esta sociedad. ¿Por qué nos llamamos humanos? De humanos ya no nos queda nada. Cada quien vive como uno solo. Somos individualistas. No nos entristece el daño ajeno, no nos importa el problema ajeno. Ya nadie siente empatía por el otro. No es tan difícil sentir empatía, no es tan difícil ponerse en los zapatos del otro.  ¿Por qué no darle la mano a aquellos que lo necesitan? ¿Por qué no dar por gusto, y no por esperar algo a cambio? ¿En qué nos hemos convertido?  Seres que ya no sienten, seres que viven pensando en el tiempo y no en disfrutarlo. ¡Coño! Solo tenemos una vida, solo hay un mundo. Vivimos como si tuviesemos más. Vivimos pensando que el tiempo se va a detener cuando nosotros pidamos, y que las cosas se pondrán bien sin luchar por ello. Solo tengo 19 años, no he vivido nada comparado a muchos, pero quiero vivir. ¿Y para qué?  Ahora uno sale a pasear y debe tener cuidado de no quedar retratado y convertido en el morbo del ...

Deseos reprimidos.

Y sí, quiero flores, y también cartas. Por que sé que las merezco.  Quiero saber que piensas en mi cuando te acuestas. Saber que soy lo primero que piensas al despertar.  Quiero aprender de tus errores, y enseñarte con los míos.  Quiero tropezar y que estés a mi lado sosteniéndome, y que estés consciente de que cuando tú tropieces yo estaré.  Quiero ver que mueres por hablarme, que no pasan los segundos sin verme y me extrañes.   Quiero sentir que soy la única en tu vida, y que entiendas que lo eres en la mía.  Quiero viajar el mundo a tu lado. Visitar lugares extraños, lugares que jamás imaginé ir.  Quiero tomarme muchas fotos contigo, lindas y feas, para así tener como recordar cada momento vivido.  Quiero casarme, hacer una familia y vivir felices por siempre.  Aquí, allá, donde sea. Donde estemos tú, yo y nuestro amor.  Quiero despertar y ver tu sonrisa, por que es mi favorita.  Quiero acostarme y que tus ojos sean el último pai...

Descubrí.

Y justo al entrelazar nuestras manos descubrí que aquí pertenecía. Que este es y sería siempre mi lugar. Junto a mis sombras, mis miedos, y todo lo que me atormenta.  Descubrí que junto a ti, todo aquello se hacía pequeño, todos mis miedos acababan y daban paso a la felicidad. Tú con tu seguridad y simpleza me dabas vida. ¿Cómo irme de aquí ahora? ¿Cómo apartar de mi vida tu luz?  Descubrí que no me importaban las palabras, los detalles, ni las largas cartas. Con tu simpleza, tus buenos días y un "¿cómo estás?" me hacías feliz. No era fácil explicar lo que teníamos, tampoco era necesario hacerlo. Descubrí que la distancia se hacía pequeña cuando me decías "quiero verte" y que con solo una mirada me sentía en mi hogar. Y que a eso que antes llamaba hogar no lo era, más si tus brazos y tu mirar.  Descubrí que el romanticismo para mi tenía otra definición. Que eso de flores y chocolates era necesario, mas no indispensable. Con solo una caricia y el esc...