Distancia.

¿Para qué sirve la distancia sino es para poner los pensamientos en orden? Las decisiones más difíciles que he tomado, han sido luego de distanciarme. 
Ha menudo escucho consejos de las personas, de hecho, me gusta saber que alguien más haría si estuviese en mi lugar. Pero a la hora de decidir, lo hago solo pensando en mi. ¿Quién más que yo para saber lo que me conviene? 

He cometido errores, muchísimos. Son casi incontables. Errores que me han costado mucho. De esos que vivo preguntándome que hubiese pasado si hubiese actuado diferente. Malas decisiones que me han quitado mucho, pero que me han dado tantas otras cosas. 

La distancia me ha ayudado. Escuchar mi silencio. Sentir el roce de la oscuridad. Mirar lo que dice mi alma. Todo para poder tomar la decisión que mejor resultados traiga. 
Distancia, que trae tanta soledad, pero a la vez tanto apoyo. Descubrir lo que realmente siento, lo que realmente busco. 

No simplemente distancia física, sino también emocional. La distancia física me permite respirar con libertad, pero la emocional me regala tranquilidad. 
Libertad y tranquilidad, perfecta combinación. 
Estas vacaciones me han dado ambas cosas. Estar en la distancia me ha dejado ver mucho de lo que antes no quería descubrir. Tal vez lo había descubierto pero no había sido capaz de aceptarlo hasta ahora. 

Hoy por hoy sé que mi vida con mi mamá viviendo lejos será miserable. El saber que cuando visite mi casa mami no estará me hace sumamente triste. He sufrido mucho por su decisión, pero no puedo ser egoísta y pedirle que pierda la oportunidad de progresar. Estar lejos me ayudó a entender que cada uno tiene un andar, y tal vez el de mami por ahora sea lejos de mi. Por su futuro, y el mío. 

En la distancia pude ver que la mayoría de mis amistades me han fallado, que han jugado con mis sentimientos más de lo que me gustaría admitir. Y veo que no debo esperar nada de ninguno, sino simplemente amarlos así. Con sus miles de defectos e imperfecciones. Me han lastimado y han sido hipócritas conmigo. Pero no busco perfección en una amistad. Yo también he lastimado, y he fallado. Por eso trato como me traten, y soy como son conmigo. Sin mortificarme el vivir, y sin echarme culpas. 
Dentro de todo lo que la distancia me regala está el poder reconocer los miles de errores que cometo.  

Así que he dejado de ver la distancia como impedimento, como castigo. Sino más bien como otra manera de crecimiento. Otra manera de seguir a delante. 
Tal vez, hasta el momento no había podido ver lo bien que me ha hecho haberme ido a Rio Piedras, en la distancia. Ahora descubro cuan necesario era. 
Poder realizar mis sueños. Poder ser como realmente soy. Y si, tal vez sea una asocial, y no le estoy sacando el provecho a la Universidad de Puerto Rico, pero vivo siendo sumamente feliz, extrañando pero siendo feliz. 
No me arrepiento de ninguna de las decisiones que he tomado, y el día que lo haga, tengo la distancia de mi lado para ser libre y estar en tranquilidad. 

23 de junio de 2015 
11:37pm 

Comentarios

Popular Posts

Los remanentes del huracán Maria

Soledad acompañada.

A mi hermana menor.