Lo encontré y me encontré

Dicen que nada termina realmente hasta que no te das la oportunidad de comenzar algo nuevo. Para mi, no había planes de comenzar algo nunca. No quería volver a sentir ilusiones por alguien más, ni darle la oportunidad a alguien más a que pudiese dañarme. Para mi sorpresa, llegó antes de lo que creía y con quien menos esperaba.

Y lo curioso de todo es que ya estaba en mi vida. Que nos habíamos conocido hace muchos años atrás, con situaciones totalmente diferentes. Nunca, jamás imaginé que la vida me iba a dar una segunda oportunidad de conocer el amor con esta persona, pero una vez más terminé sorprendida.

La amistad de años que teníamos, aunque por un tiempo dejamos de comunicarnos, poco a poco se convirtió en un sentimiento tan lindo que es difícil de explicarlo. Quizá nunca nadie lo entienda.

Volvimos a cruzarnos a principios del 2016, y fueron sus consejos y su amistad incondicional los que me permitieron mantenerme en pie en los momentos en que creía que no podía más. Cuando necesité gritar, ahí estuvo. Cuando necesité llorar, ahí estuvo. Cuando necesité que me aconsejaran, que me regañaran o que simplemente me escucharan, allí estuvo. Nunca hubo un no como respuesta.

Jamás imaginé que una persona que se había convertido en un apoyo incondicional, también terminaría siendo el que me regalaría la dicha de sentirme amada con una intensidad que nunca había sentido. Y es que, ¿cómo no iba a enamorarme de una persona que me ha demostrado tanto en tan poco tiempo?

Y dirán que fue muy pronto, y dirán que debí esperar más, dirán, dirán, dirán; pero al final lo que importa es mi felicidad. Y los escucho, escucho sus consejos, me fijo es sus medio reproches y sé que quieren mi bien. Pero también sé que nunca he estado mejor que ahora.

Me siento segura, completa, libre y feliz. Y todo eso lo comparto con alguien que no me resta, sino que me agrega. Me agrega los ánimos de querer más, y ser mejor. Tengo la dicha de caminar junto a alguien, sin la necesidad de obligaciones, sino con la certeza de que seremos uno al final del tramo. Pero uno con los sueños y los planes de los dos.

Y es curioso porque somos como el rojo y el verde: totalmente distintos, pero colores al fin. Una muy buena metáfora para describirnos. Totalmente distintos, pero iguales.

Nuestras ideologías no van a la par, nuestros pensamientos tampoco. Muchas veces chocamos con nuestras posturas, pero llegamos a unas tertulias largas e interesantes, donde según él yo "nunca quiero perder". Y así soy, y así es él. Lleno de paciencia para soportarme.

"Lo encontré y me encontré", y tal vez me encontré antes de encontrarlo, pero con él afirmé lo que quiero. Tenemos muchas cosas distintas, y poco a poco voy aprendiendo a amar cada una de ellas. Dentro de lo que tenemos en común es que en nuestras relaciones pasadas dimos demasiado, y nos fallaron. Ahora entiendo que lo malo no es darlo todo, lo malo es darlo todo por la persona equivocada. Y nos equivocamos, fallamos, perdimos, pero la vida me premió, y quiero pensar que se siente igual.

Estamos lejos de la perfección, lejos de una relación sin peleas, pero sin duda, aquí quiero estar. Sé lo que quiero y lo que merezco, y también sé lo que él merece. Encontrarlo significó descubrir que dentro de las imperfecciones, las diferencias, encuentras la realidad de una persona que te brinda honestidad, respeto y mucho amor.

Le pido a la vida días a tu lado, para seguir caminando a la par, para seguir aprendiendo juntos, y si llego a  equivocarme, tener la oportunidad de volver a empezar.

Sería como una clase de salsa, esa vuelta que al principio me cuesta dar, pero con  paciencia y un poco de errores logro aprender. No puedo prometer que me aprenderé la vuelta de la primera, tampoco puedo prometer que no te haré enojar (ya debe estar seguro de esto), pero si puedo prometer que con un poquito de paciencia y sobretodo amor, lograré dar la vuelta, y los enojos serán menos.

Me encontré y te encontré, te encontré y me encontré, y gracias a la vida por eso.

Comentarios

Popular Posts

Los remanentes del huracán Maria

Soledad acompañada.

A mi hermana menor.